Poli
y la lavadora mágica.
Esta es Poli. Tiene cinco años y es una niña muy traviesa a la
que le gusta explorar nuevas cosas y aprender jugando. SU madre siempre tiene
que estar pendiente de ella para controlar todas las travesuras que Poli
realiza. Es una niña muy inquieta y muy atrevida.
Sus
trastadas son conocidas por todos sus vecinos y en más de una ocasión han
tenido que salir corriendo detrás de ella para evitar que cruzara la calle sin mirar
o evitar que algún animal doméstico de algún vecino se abalanzara sobre ella
enfadado por sus travesuras.
Hoy Poli está enferma en la cama. No va a ir al colegio. Su
madre se ha ido a trabajar y la ha dejado al cuidado de Ana, su señora de
compañía.
Poli cansada de estar en la camita sin hacer nada y aprovechando
un descuido de Ana, se dirigió sigilosa hacía el trastero donde le gustaba jugar
con los objetos que se encontraban apartados del uso porque estaban algo viejos
o rotos.
Lo que más le gustaba a Poli era jugar con su antiguo caballito
de madera. Hoy Poli quería dedicarse a inspeccionar más el terreno.
De repente se quedó sorprendida al ver a lo lejos un objeto que
hasta ahora le había pasado desapercibido.
- ¿Pero qué es
esto?- pensaba Poli para sí misma. Pero si parece una lavadora antigua.
Con estos
pensamientos Poli se acercó hacia la lavadora y comenzó a tirar de la puerta y
a presionar los botones.
De repente sin saber si quiera como, se encontró dentro de la
lavadora. Enseguida comenzaron a aparecer unas luces de muchos colores y una
música especial. Poli de repente cayó al vacío. Fue una caída sorprendente,
ligera, reposada y suave. Parecía que estaba volando a través de él. Mientras
caía multitud de olores y fragancias se sentían por los alrededores del túnel.
Una vez que llegó allí se quedó sorprendida por todo lo que vio.
Miles de
luciérnagas rojas y amarillas se acercaron a ella y la guiaron hacia el
principio de una gran cueva oscura y tétrica de la cual salían unas voces
extrañas y ruido espantosos. Poli no sabía a qué tipo de país había llegado a
través de la lavadora, pero ahora solo podía hacer una cosa, continuar para
averiguarlo.
Una vez que las luciérnagas llegaron al inicio de la cueva se
marcharon de nuevo por donde había llegado. Poli se adentró hacia la cueva. No
se veía prácticamente nada, todo seguía oscuro hasta que de repente unas
pequeñas luces de antorchas hicieron su aparición. Volaban a través del aire y
marcaban un camino.
A medida que avanzaba Poli empezaba a escuchar pequeñas
vocecitas que parecía que entonaban una pequeña canción.
De repente vio a un grupo grande de hadas y duendes entonando
canciones y lavando objetos que parecían ser fabricados en tela o algodón.
Se acercó a ellos.
-
Hola, me llamo Poli. ¿Quiénes sois vosotros?- preguntó emocionada la niña.
-
Hola, soy Nica y soy un hada. Estos son mis amigos, Soli que es un hada
como yo y Tuno que es un duende. - explicó la bonita hada a Poli.
-
Este es nuestro país. Nosotros vivimos aquí. Es el país de la armonía, bueno,
mejor dicho, era el país de la armonía hasta que el señor oscuro de las
mentiras vino a destruirlo. - contestó Nica con una cara triste y desanimada.
-
Pero ¿Quién es ese señor oscuro? ¿Y por qué dices que tu país está destrozado?
Me gustaría saber la historia. ¿Me la podrías contar? – preguntó Poli
delicadamente a los seres mágicos de la lavadora.
-
Pues veras. Antes nosotros vivíamos en armonía y contentos. Nuestro país estaba
lleno de flores de colores y campos verdes y limpios. Se respiraba verdad,
calor, equilibrio, bondad y alegría. Nuestra princesa de la Verdad hacía que
todo estuviera en orden. Un día el señor de la mentira se instaló en el país
vecino y empezó a envidiar la armonía de nuestro mundo ya que él vivía siempre
solo, rodeado de la suciedad de sus propias mentiras. Y quiso tener un país tan
bonito como el nuestro así que raptó a la Princesa de la verdad para poder
desestabilizarnos. Una vez que retuvo a la princesa nos encerró en este túnel
de lavado para que a través de él limpiáramos sus mentiras y con ellas su mundo
oscuro.
De esta manera el señor oscuro continúa haciendo sus maldades y
nosotros nos vemos obligados día tras días a limpiar sus fechorías y mentiras.
Ahora su mundo es bello y hermoso y el nuestro se ha vuelto oscuro y triste-
dijo Tuno tristemente.
-
¿Así que lo que estáis continuamente lavando son sus maldades y mentiras?-
preguntó Poli mirando el montón de objetos sucios que tenían acumulados los
pequeños duendes.
-
Exacto... Su mundo está al final del túnel y nos llegan continuamente a través
de él. No tenemos salida. - dijo Nica tristemente.
-
Y cuestan mucho de limpiar. Son tan grandes sus atrocidades que esto nos obliga
a trabajar para él sin descansar. Y encima nuestro mundo se vuelve más oscuro, porque
las mentiras se quedan aquí, al principio del túnel. En nuestro precioso país.
- dijo sollozando Solo.
-
¿Pero tiene que haber alguna forma de poder enfrentarlo y liberar a vuestra
princesa?- dijo Poli esperanzada.
-
No podemos. El señor de las mentiras es muy poderoso. La única manera sería
liberar a la princesa y bloquear el túnel para que sus mentiras y atrocidades
se quedaran con él y en su país- dijo Nica.
-
De esta manera volveríamos a crear armonía en nuestro mundo y volveríamos a ser
felices- dijo Solo. Pero nosotros no podemos, nuestros pies están pegados al
suelo y no podemos liberarnos. Sus lazos del mal nos atan al túnel y no podemos
salir de él.
-
Bueno, no os preocupéis- dio Poli. Yo os liberaré. Me enfrentaré al señor de
las mentiras y liberaré a vuestra princesa. Después todos juntos pensaremos la
forma de cerrar para siempre el túnel de lavado- dijo Poli muy emocionada.
-
Eres muy valiente. – dijo Tuno. Pero no es fácil vencerlo. Primero para llegar
hasta él tienes que atravesar todo el túnel hasta llegar al final. A través de
él te deberás enfrentar a toda su oscuridad que circula sin descanso. Una vez
que llegues al final, tendrás que buscar su gran castillo y penetrar en él sin
ser vista. Después tendrás que buscar donde está la llave de la jaula donde
tiene retenida a la princesa, liberarla y huir rápidamente otra vez a través
del túnel. Antes de ser vistas deberéis bloquear la salida y cerrar para
siempre el túnel. Tendrás que averiguar cómo se puede cerrar antes que el señor
de las mentiras os atrape. - explicó detenidamente Soli.
Tras despedirse de todos ellos Poli comenzó su andadura hacia el
interior del túnel.
Comenzó a caminar sigilosamente a oscuras. Prácticamente no se
veía nada. Pensó en qué no llevaba nada para enfrentarse a las mentiras y
oscuridad que envolvían todo el túnel. Las dudas comenzaron a instalarse en su
pequeño corazoncito. De repente aparecieron miles y miles de sombras alrededor
de Poli. Gritaban y aullaban sin descanso. Empezaron a tirar del cabello de
Poli y a levantarla por los aires. Poli comenzó a rodar y a rodar sin parar por
los aires. Pero en ningún momento sintió miedo. Era una niña muy fuerte y muy
valiente. Con toda su valentía se resistía a ser llevada por la oscuridad. Como
podía luchaba con todas sus fuerzas, pero eran superiores a ella y enseguida
Poli quedó desfallecida por el cansancio y el dolor. Cuando despertó se hallaba
estirada en el túnel rodeada de las sombras que reían sin parar viéndola
derrumbada en el suelo. De repente Poli, recordó que en los momentos tristes su
madre siempre le cantaba una dulce canción que la hacía relajarse y volver a
sonreír.
Así que lentamente Poli comenzó a cantar.
"Cuando el sol y la luna juntitos están
Brincan las estrellas con un arte especial
los ángeles brillan con un calor esencial
que ni las nubes ni la lluvia pueden ocultar.
Pachin, pachan, tra la li, tra la la
cantan mil estrellas sin dejar de brillar
Tra la li , tra la la vamos otra vez a cantar
todos juntos unidos sin dejar de bailar.
Cuando triste estés y no puedas dormir
piensa que en un globo vuelas feliz
piensa que un mago se dirige hacia ti
y con su varita mágica te hará sonreír.
Pachin , pachan , tra la li, tra la la
cantan mil estrellas sin dejar de brillar
Tra la li, tra la la vamos otra vez a cantar
todos juntos unidos sin dejar de bailar."
De repente todas las sombras se quedaron quietas escuchando la
hermosa canción que entonaba con su voz dulce Poli.
Poli cerró los ojos y seguía cantando la dulce canción con todo
el amor con que su madre se la cantaba a ella.
Las sombras cada vez se hicieron más y más pequeñitas. Hasta que
una de ellas de repente se atrevió a decir.
- ¡Pero
qué voz más dulce tienes! Me encanta como cantas. ¿Y que son esos colores que
se desprenden con tu canto?- preguntó uno de ellos a Poli.-
-
Creo que es el color del amor- dijo Poli. Es la canción que mi madre me cantaba
siempre cuando estaba triste o preocupada. Yo la canto igual que ella me la
cantaba a mí. – respondió Poli.
- ¡Ah!
– dijo una de las sombras. A nosotros nunca nos han cantado nada similar.
Siempre nos obligan a vagar y vagar sin descanso y hacer daño. Nosotros no
conocemos eso que dices que se llama amor- dijo la sombra más grande del grupo.
-
Bueno, no os preocupéis. Yo os enseñaré a cantar como lo hago yo. Con todo el
cariño de mi corazón. ¡Escuchadme!
Y Poli volvió a entonar su canción ahora dirigida a las sombras
que se quedaron estupefactas y admiradas por la capacidad que tenía aquella
niña de cambiar el dolor y la amargura que ellas albergaban por la dulzura y
alegría gracias al ritmo de su canción.
-
Nunca nadie nos había cantado igual- dijo una de las sombras sollozando.
-
Estamos muy agradecidas. ¿Podemos hacer algo por ti?
Poli estaba muy contenta por haber conseguido que las sombras
dejaran de hacerle daño y que además ahora estuvieran de su parte y quisieran
ayudarla. Así que con su vocecita habitual dijo:
-
Si que podéis hacer algo por mí y por mis amigos del país de la armonía.
Vuestro amo, el señor de las mentiras, tiene prisionera a su querida princesa y
les obliga a trabajar duro para limpiar su país lleno de maldad y rencor.
Necesito liberar a la princesa y bloquear el túnel para que nunca más sus
mentiras lleguen hasta el país de la armonía. En el país de la armonía todo era
luz y color hasta que él se apoderó de la princesa de la verdad. - dijo Poli a
las sombras que escuchaban atentamente.
-
Creo que nosotras tenemos gran responsabilidad en ello- dijo una cabizbaja.
-
No creo- contestó Poli. Vosotras solo sois producto de su maldad, pero si
conseguís dejar de hacer daño a los demás y dejar de transmitir su oscuridad os
transformareis en luz y color y podréis volver conmigo al país de la armonía-
dijo Poli muy convencida.
-
¿Es cierto lo que dices? – preguntó una de las sombras. ¿Podremos disfrutar
siempre de esos colores maravillosos que desprenden tus canciones? – preguntó
la gran sombra.
-
Si. Si me ayudáis dejareis de ser malos como el señor oscuro que os da
vida y por lo tanto os volveréis ligeros y armónicos cambiando vuestros oscuros
colores por otros mejores y más luminosos- dijo Poli.
-
Pues entonces te ayudaremos a destruirlo- dijeron a coro todas las sombras.
Dicho esto, partieron todas en busca del castillo del señor
oscuro dispuestos a vencerlo y obligarlo a marchar.
Cuando llegaron al castillo multitud de nuevas sombras se
acercaban al grupo dispuestas a hacer mal, pero al escuchar la armonía y el
amor de la canción de Poli irremediablemente se relajaban y se unían al grupo
dispuestas a enfrentarse también al señor de las mentiras.
Poco a poco todas las sombras se unieron al grupo y cantaban
todas juntas la canción de poli.
A medida que se aproximaban al castillo el cielo y la tierra
comenzó a vibrar. Asustado el señor de las mentiras salió al encuentro del
grupo para ver que estaba ocurriendo.
Desde lo alto de su castillo comprobó que las miles de sombras
que él había creado se encontraban dispuestas a enfrentarse con él.
- ¡No
puede ser!- gritaba el señor de las mentiras. Yo soy vuestro amo y señor. Yo os
he creado para hacer daño. No podéis enfrentaros conmigo- dijo furioso el señor
de las mentiras.
Pero las sombras cada vez se aceraban más y más a él. De repente
se vio envuelto en una nube de sombras que lo elevaban hacia lo alto del cielo
.Las sombras volaron buscando la jaula donde se hallaba la princesa encerrada.
Una vez que descubrieron donde estaba la princesa la liberaron dejando en su
lugar al señor de las mentiras encerrado para siempre para que no pudiera
seguir haciendo más daño.
De
repente el mundo de las sombras comenzó a desvanecerse poco a poco rodeado de
las luces y los colores de todas las sombras que gracias al amor de la verdad
se habían transformado.
De esta manera partieron todos juntos al encuentro de los seres
mágicos del mundo de la armonía.
Atravesaron de nuevo el túnel que ahora yacía más luminoso y
limpio que nunca y llegaron al principio del él.
Todos los duendes y las hadas se alegraron mucho de verlos
llegar. Sus cadenas se habían disuelto y cantaban todos a coro muy alegremente
la canción de Poli. Ya nunca más tendrían que trabajar para el señor de las
mentiras. Su maldad se había vuelto contra él mismo y ahora estaría encerrado para
siempre y sus mentiras nunca más podrían hacer daño.
El mundo de la armonía celebraba el reencuentro con su querida
princesa y dispusieron todo para celebrar una gran fiesta para agradecer a Poli
todo lo que había hecho por ellos.
Como obsequio le regalaron un collar en forma de flor.
-
Poli, como estamos tan agradecidos por todo lo que has hecho por nosotros te
hacemos entrega de este collar. A través de él podrás hablar con nosotros y
vernos siempre que quieras. Cuando te invadan las dudas, la tristeza o la
añoranza solo tienes que abrirlo y nos podrás percibir a través de él- dijo la
princesa de la verdad.
Poli estaba muy contenta y radiante con su nuevo collar. Estaba
muy feliz de poder haber ayudado al mundo de la armonía a recuperar su
equilibrio.
Poli se despidió de cada uno de ellos pues pensaba que había
estado ausente mucho tiempo y que su madre y Ana podían echarle en falta.
Con mucha pena en su corazón se dirigió al comienzo de la cueva y de repente volvió a sentirse transportada hacia lo alto rodeada de imágenes y vibraciones similares a cuando entró por primera vez dentro de la lavadora.
De repente se dio cuenta que el mundo de la armonía ya no estaba
y que se encontraba de nuevo en su casa.
Con gran desesperación buscó el collar para comprobar que toda
aquella experiencia no había sido un sueño. Y gracias a Dios, no lo fue, ya que
pudo comprobar que en su pequeño bolsillo se hallaba el collar que la princesa
de la verdad le había regalado. Lucía bello y resplandeciente como nunca antes
había brillado.
- ¡Pero
mírala, si estabas aquí!- dijo Ana recogiendo del suelo a Poli.
-
Vamos deprisa a tu dormitorio. Es tarde y tienes que dormir la siesta. Seguro
que has vuelto a coger frio.
Ana le puso el termómetro a Poli y comprobó que ya no tenía
fiebre.
- ¿Pero
si ya no tienes fiebre?. Ahora ya te encuentras mejor ¿verdad Poli?- dijo Ana
tocando ligeramente la frente de Poli.
- Venga, vámonos
a la habitación. Pero que niña más traviesa….
Y con estas palabras llevó a Poli a la habitación.
Poli durmió la siesta más tranquila que nunca acompañada ahora
de su magnífico collar de la armonía….
Monica Zambrano . Los wikicuentos multiculturales
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