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Martín en el mundo animado.

Martín en el mundo animado.
Cancion Martin



Erase una vez un niño llamado Martín. Martín tiene siete años y vive en un pequeño pueblecito de la isla mallorquina.
Hoy está muy contento ya que asistirá al cine para ver una de las películas de dibujos animados que tanto le entusiasma.
-          Hace tiempo que no voy al cine- dijo nervioso Martin a uno de sus amigos del colegio. Estoy dispuesto a pasármelo tremendamente bien viendo esta película de dibujos animados. Me han dicho que es bastante buena.
-          Si . Parece ser que todos los niños que han acudido a verla han salido muy contentos y han repetido- exclamó muy contento Esteban.
-          Pues espero que así sea. La última vez acudí al cine me aburrí como una ostra- dijo Susana.
-          Si es cierto. Últimamente para encontrar alguna película divertida ..- dijo Esteban con voz de decepción.
-          Bueno chicos. Esperemos pasárnoslo bien .¿Dispuestos para ir en busca de la aventura?- dijo sonriendo Ramón. Pues entonces a que esperamos. Vamos.
Y dicho esto los chicos se marcharon en dirección a la sala de cine que estaba a unos cuantos kilómetros de sus casas. Cuando llegaron había una enorme cola y muchos chicos esperaban ansiosos para comprar sus entradas.
-          Bueno, si queréis me adelanto yo y voy a buscar vuestras entradas- dijo Martín. Esperadme dentro. Yo enseguida que las compre voy en vuestra búsqueda-
Martin esperó pacientemente en la cola mientras el resto de amigos se dirigieron a la sala de cine.
Cuando Martín hubo comprado las entradas se reunieron en el Hall del cine y se dirigieron todos al interior de la sala.
-          Tomad chicos las entradas. Esta película pinta muy bien- dijo Martin entregando las entradasa sus colegas.
-          Vamos, deprisa que ya están entrando- dijo Susana.
Los chicos con sus entradas se dirigieron al interior de la sala, compraron unas cuantas palomitas y algo de bebida.
La sala de cine permanecía en silencio, las luces se apagaron y tras los anuncios por fin dio comienzo la película.
Martin se acomodó en el sofá y una vez que estuvo relajado y dispuesto a concentrarse en la película de animación,   de repente todo su alrededor comenzó a dar vueltas y a sentirse mareado. Miles de luces de colores hicieron su aparición por la mente de Martín que de repente se vio engullido por la pantalla de cine junto con su sillón.
-          Pero ¿dónde estoy?- dijo Martin sorprendido. ¿Pero qué ha ocurrido?- se preguntaba hacia sí mismo Martin. Si hace un momento estaba en la sala de cine con mis amigos. ¿ ahora dónde estoy?.¿hay alguien ahí?- preguntó Martin desesperadamente sin obtener ninguna respuesta.
Martin miró hacia su alrededor y de se dio cuenta de que estaba rodeado de objetos inmóviles e inertes y que el cielo y la tierra eran de color blanco. Parecía que nadie habitaba en ese extraño mundo. Siguió caminando a través de los valles blanquecinos y sin vida que tenía a su alrededor preguntándose una y otra vez a donde había ido a parar.
De repente se le apareció un monstruo con el pelo encrespado y con aspecto enfadado se dirigió hacia Martín.
  
-          ¿Qué haces tu aquí en este mundo?- preguntó con aspecto sorprendido el monstruo.
-          Hola. Me llamo Martín.  Pues la verdad no sabría qué contestarte ya que ni yo mismo entiendo como he llegado hasta aquí. Solo recuerdo haberme sentado en la sala de cine, comenzar a ver la pelicula y de repente todo empezó a dar vueltas y me vi transportado junto con el sillón a este mundo pintado de blanco- dijo Martin al monstruo.
-          Pues verás Martín. Estas en el mundo animado de los monstruos. O mejor dicho, lo que queda del mundo animado.- dijo sollozando el monstruo.
-          ¿ El mundo animado de los monstruos? Pues por el color que está pintado se ve bastante tranquilo y apacible. No parece un lugar tétrico y horrendamente monstruoso- dijo Martin.
-          Es cierto. Eso se debe a que  cada vez estamos perdiendo más poder. Cada vez quedamos menos monstruos que ilustrar películas y cuentos- dijo el monstruo muy preocupado.
-          ¿ Y eso a qué se debe?- preguntó Martín curioso .
-          Pues se debe a que el lápiz del ilustrador ha sido secuestrado por los príncipes, héroes, heroínas y princesas del mundo animado de los buenos- dijo el monstruo. Se han apoderado de él y ahora ilustran solamente monstruos débiles y sin poder para ser ellos siempre los ganadores en todos los cuentos y en todas las películas animadas. De esta manera siempre crean príncipes valientes y buenos dejando siempre en segundo lugar a nosotros los monstruos. Pero lo peor de todo es que si esto continua así, dejaremos de existir por falta de emoción. Llegará un momento en que no daremos miedo , que nadie se asustará con nosotros y las películas de animación dejaran de ser interesantes y divertidas para todos los niños. Los niños de hoy en día necesitan acción, enfrentamientos y batallas , si siempre ganan los buenos ¿ qué emoción van a proporcionar las películas infantiles?. Pues ninguna. Es por esto que nuestro mundo tiene ahora este aspecto blanquecino- dijo sollozando el monstruo. . ¡¡Ah!! Perdona que me presente, mi nombre es Teclón , el monstruo anticiclón.
-          ¿Y dices que los príncipes se han apoderado del lápiz del ilustrador?- preguntó Martín muy sorprendido.
-          Si . Hace un tiempo existía un equilibrio en la producción de los dibujos animados , ya que el lápiz era manejado por un gran ilustrador de cuentos y películas infantiles que era capaz de proporcionar a cada cuento y cada película personajes animados adecuados para garantizar la diversión de los niños. Creaba monstruos malos pero que muy malos que hacían pasárselo realmente mal a los príncipes y princesas de los cuentos, pero tremendamente bien a los niños que veían entusiasmados las películas. Pero los príncipes se cansaron de tanto luchar contra nosotros, preferían ser los triunfadores pero con el mínimo esfuerzo. Preferían combatir con monstruos débiles y sin fuerza que les permitieran resultados fáciles olvidando la diversión y el entretenimiento que se obtiene cuando el triunfo se consigue con esfuerzo y perseverancia. Así que un día decidieron raptar al ilustrador de cuentos y se llevaron con él lápiz ilustrador. De esta manera ahora ellos son los que guían al lápiz. Le dan toda la información necesaria para que cree dibujos e historias según sus preferencias. Ellos se pintan fuertes y buenos y a nosotros nos pintan malos pero débiles para salir siempre triunfadores. Y hay incluso a veces que ni tan siquiera nos dibujan. Como resultado surgen películas y cuentos largos, aburridos y sin acción.- explicó detenidamente el monstruo a Martín.
-          Ah. Es por esto que este mundo parece vacío y sin gracia. Pues ahora que lo dices la verdad es que eres un monstruo bastante pequeño para ser un monstruo- dijo Martín observándolo atentamente. Ahora lo entiendo todo. Por esta razón cada vez más las películas de animación se hacen muy aburridas y cada vez más se va menos al cine. En más de una ocasión me he dormido viendo alguna de ellas- dijo Martin al monstruo. Pues tenemos que hacer algo, ya que si la cosa sigue de esta manera pronto los niños aborrecerán ir al cine o leer cuentos por la falta de animación y diversión que hallaran en ellos- dijo Martin.
-          Pues la única manera es intentar arrebatarles el lápiz del ilustrador- dijo el monstruo. Pero para ello henos de ir a su mundo animado que está fuertemente controlado por el héroe del poder mental- dijo el monstruo.
-          Este héroe se encarga de alejar a cualquier intruso que pretenda pasar por las puertas del mundo animado de los buenos- dijo el monstruo Teclón.
-          Bueno , no te preocupes Teclón . Les enfrentaremos con todas nuestras fuerzas y en esta historia nosotros seremos los vencedores- dijo Martín.
-          Si , si Martín… pero recuerda que soy un monstruo descafeinado. Los buenos me han dibujado así.- dijo cabizbajo Teclón.
-          Bueno, llegado el momento buscaremos la solución también para ello- dijo muy convencido Martín.
Y dicho esto los dos partieron en busca del mundo animado de los buenos. Con todas las pocas fuerzas que Teclón tenía se transformó en una fuerte ventisca calurosa y transportó a Martín hasta la entrada del mundo animado.
-          Ahora entiendo tu nombre- dijo Martin esbozando una gran sonrisa. Menuda calor que desprendes. Pero bueno al menos eren un buen medio de transporte- dijo riendo Martin.
-          Si. Al menos los héroes me otorgaron algo de poder, aunque solo sea provocar ligeros vendavales de calor- dijo resignado Teclón.
Cuando llegaron a las puertas del mundo animado de los buenos se encontraron  delante del héroe del poder mental Hipnos.
-          Mira – dijo Teclón. Ahí se encuentra el héroe Hipnos. Si nos ve o nos escucha con el poder de su mente nos hará trizas- dijo Teclón. Su poder es tan inmenso que puede hasta  provocar que luchemos contra nosotros mismos- continuó explicando Teclón.
-          Bueno, pues tendremos que evitar sus mensajes- dijo Martín. Si no los escuchamos  no nos hará ningún daño.
-          Pero lo hace a través de su mente.¿ Cómo podemos hacer para no escucharlos?- dijo Teclón.
-          He visto en alguna película que muchas veces los mensajes maliciosos se revierten hacia la persona que los envía si uno es capaz de interpretarlos de manera diferente y otorgarles un tipo  de simbología positiva- dijo Martín. Así que cuando el héroe comience a intentar manipularnos, solo tenemos que cambiar la intención de sus palabras por otras que nos favorezcan- dijo Martin muy convencido.
-          Bueno.. podemos intentarlo ..pero ya te digo que puede resultar difícil. Es muy poderoso. Igual su mente tiene más fuerza que nuestras dos mentes juntas- dijo Teclón.
Y dicho esto se dirigieron hacia el héroe Hipnos que en cuanto los vio aparecer comenzó a concentrarse y a ir enviando mensajes subliminares.
-          Escuchadme atentamente que ahora decido, que con el poder de mi mente os elimino sin más tardar a golpe de vara sin cesar- dijo Hipnos.
-          Y con mi gracia y mi arte , la vara se revierte hacia tu lindo vientre- dijo todo convencido Martín.
Y de repente como nunca antes le había ocurrido, el héroe Hipnos comenzó a darse varazos en su vientre.
-          Pero que está pasando aquí- dijo el héroe todo alarmado . ¿Pero que estoy haciendo?. Me estoy golpeando- dijo enfurecido el héroe.
Y enseguida intentó comenzar a manipular de nuevo las mentes de Martin y Teclón.
-          Ahora despacio y sin ningún ruido os iréis por donde habéis venido- dijo el héroe del poder mental.
-          Y yo ahora mismo te digo con muy buena cara que no me marcho por qué no me da la gana – dijo Teclón en tono divertido.
-          Pero ¿se puede saber que estáis haciendo? Nunca me había pasado esto en mi vida. No podéis vencerme. Mi poder es más fuerte que le vuestro, monstruo descafeinado y niño maleducado. Iros de aquí inmediatamente sino avisaré al héroe de la capa Copón- dijo malhumorado el héroe.
Y dicho esto partió en busca de la ayuda del héroe Copón.
-          ¿Quién es ese héroe? – preguntó en tono alarmado Martín.
-          Pues es el héroe de la capa mágica – dijo Teclón. Con ella es capaz de hacernos desaparecer borrándonos literalmente del mundo animado. Si nos atrapa debajo de su capa, nos convertiremos en una transparencia. Dejaremos de existir en el mundo animado- dijo Teclón.
-          ¡¡Ah!! Pero te olvidas que yo no soy ningún dibujo. Yo soy un niño- dijo Martín.
-          Pero creo que desde el momento en que entraste por la pantalla de cine a nuestro mundo te convertiste en uno de nosotros. O al menos eso creo- dijo Teclón.
Y antes de que acabara de terminar de hablar, llegaron a escena los dos héroes dispuestos a enfrentarse con los malos de la película.
-          Son esos dos mequetrefes- dijo el héroe del poder mental.
-          Así que os atrevéis a enfrentaros con nosotros- dijo el héroe Copón. Ahora en cuanto os atrape con mi capa desapareceréis en un periquete.
Y dicho esto se abalanzó como si de un torero se tratase con su magnífica capa sobre Teclón y Martín que en seguida se vieron envestidos por el héroe Copón. Tranquilo Martin. Esta vez controlo yo la situación.- dijo el monstruo muy convencido de lo que decía.
Y de repente convertido en un gran huracán de viento cálido el monstruo anticiclón Teclón  recogió del suelo a Martín y lo subió a la copa del torbellino.
-          Martin tú te encargarás de guiarme contra los ataques de capa del héroe .Tenemos que intentar por todos los medios esquivarla y en un descuido hacernos con ella. Una vez que la tengamos en nuestro poder, podremos atraparle debajo de ella, de tal manera, que el que desaparezca sea él- dijo Teclón.
De esta manera los chicos se pusieron manos a la obra y fueron esquivando los ataques de capota que el héroe les iba realizando. En un descuido y aprovechando una distracción del héroe lograron conseguir la capa y envolver con ella al héroe que fue transformándose poco a poco en una transparencia.
-          Por fin- dijo Teclón. Otro héroe menos con el que enfrentarnos.
-          Si es que ya te dije yo que esta historia la tenemos ganada- dijo Martín sonriendo.
-          Vamos a por el otro- dijo Teclón.
Y enseguida cogieron la capa de la transparencia y envolvieron con ella también al héroe del poder mental.
-          Tenemos el camino libre- dijo Martin. Vamos a por el pincel del ilustrador.
Y muy sonrientes los dos acudieron sin más demora en busca del pincel del ilustrador.
-          Ahora ya no me dan miedo- dijo Teclón.  Podría enfrentarme yo solo con cien héroes más- dijo muy contento el monstruo.
En seguida que entraron al mundo animado de los buenos se dieron cuenta que no serían bien recibidos.
-          Será mejor que nos disfracemos de héroes y vayamos en busca del lápiz del ilustrador- dijo Martin.
-          Pero no hace falta disfrazarnos de héroes, ya que interiormente ya lo somos- dijo bromeando Teclón.
-          Si pero mejor será ir disfrazados. Aprovecharemos los trajes que el héroe Copón y el héroe Hipnos dejaron tras de sí cuando desaparecieron gracias a la capa- dijo Martín.
Y dicho esto se disfrazaron de héroes y fueron en busca del pincel del ilustrador.
Caminaron sigilosamente por el mundo animado de los buenos.
-          Madre mía- dijo Martin. Menudo panorama.
-          Si. Has visto que aburrimiento. Nadie contra quien luchar, contra quien enfrentarse, nadie que les haga sombra….¿ pero esto que es? . No es posible inventar una historia divertida sin nosotros los monstruos—dijo Teclón.
-          Si. Pero a ellos se les ve muy entretenidos jugando al parchís y a las cartas- dijo Martín.
-          Y coleccionando trofeos- dijo Teclón.
-          ¿Donde estará escondido el lápiz del ilustrador?- preguntó Martin a Teclón.
-          Pues seguramente lo tendrán en algún laberinto o alguna zona de difícil acceso- dijo Teclón.
-          O en algún castillo encantado o en alguna torre alta- dijo Martin

Y de repente vieron a lo lejos un gran edificio protegido por una alambrada de corriente multicolor con un gran letrero que ponía: “Prohibida la entrada a cualquier tipo de monstruo”.
-          Pues deben tenerlo retenido allí- dijo Martín.
-          Pues sí que son poco listos estos héroes. Valientes pero poco inteligentes- dijo Teclón.
-          Bueno al menos nos han facilitado la búsqueda. Deben tenerlo allí trabajando para ellos- dijo Martin muy convencido.
Y muy sigilosamente se adentraron a la zona del edificio intentando no hacer el más mínimo ruido ni acercarse demasiado a la zona de la alambrada eléctrica.
Cuando pasaron a través de la alambrada uno de los guardias de seguridad les frenó el paso.
-          ¿A donde creéis que vais? – dijo el guarda de seguridad.
-          Nos dirigimos a la sala del lápiz del ilustrador para encargarle que nos dibuje más fuertes y más valientes. Un par de ingenuos monstruos estuvieron a punto de vencernos hace un momento y no podemos permitir que nos ganen en ninguna batalla- mintió Martín aprovechando su disfraz de héroe.
-          Pues si es así os permito la entrada. Tened esta tarjetita de invitación y se la enseñáis al príncipe encargado de controlar al lápiz. Con ella os permitirá la entrada a la sala del lápiz del ilustrador para que os modifique y mejore un poquito más- dijo el guarda de seguridad.
Y dicho esto les hizo entrega de una pequeña tarjetita de invitados y Martin y Teclón se dirigieron a la sala del pincel ilustrador.
.           - Hola – dijo Martín dirigiéndose al príncipe Editor.
-Buenas  ¿ a qué debo el honor de vuestra visita estimados héroes?- dijo el príncipe Editor.
- Queríamos pasar a ver al lápiz del ilustrador para encargarle una pequeña modificación en nuestras cualidades  y apariencia de héroe ya que hemos estado a punto de ser derrotados por un monstruo insignificante- dijo Martín.
- Pero yo he dado órdenes estrictas para que el pincel no dibuje monstruos fuertes y que elabore historias donde nosotros seamos los únicos vencedores- dijo el príncipe Editor. Tendré que entrar con vosotros y recordarles las nuevas reglas- dijo en tono enfadado el príncipe.
_ No te preocupes. Tranquilo. No hace falta que pases con nosotros. Ya nos encargaremos nosotros de explicárselo de nuevo- dijo Martin.
Y dicho esto los dos amigos se adentraron al interior de la sala de producción donde tenían retenido al pobre lápiz ilustrador.
-          ¡¡OH no!!! Más faena….Ya no puedo pintar más rápido. Os he dicho que estoy cansado de hacer solo finales felices en beneficio de vosotros. ¿ A dónde han ido a parar las historias divertidas y los queridos monstruos que mi anterior ilustrador me hacía dibujar? – dijo tristemente el lápiz.
-          Silencio- dijo Martin. Somos los buenos…digo los monstruos. Hemos venido a liberarte de este encierro- dijo Martin.
-          Por fin…ya era hora que algún monstruo fuera capaz de enfrentarse con esos horribles héroes- dijo alarmado el lápiz del ilustrador. ¿Pero como vamos a escapar de aquí?– dijo el lápiz. Hay vigilancia y cámaras por doquier. Miles y miles de príncipes y princesas nos acechan allá afuera.
-          Pues muy fácil- dijo Martin. Lo haremos tal y como lo hemos hecho para llegar hasta aquí. Enfrentándonos a ellos.
-          Recuerda que tú tienes el poder para dibujar lo que quieras ¿no? Tal y como hacías antes ¿ no es cierto? Pues inventemos más monstruos y más historias con finales felices para nosotros los monstruos- dijo Teclón.
-          Así que manos a la obra- dijo  entusiasmado Martín.
Y dicho al hecho…
El lápiz del ilustrador ahora guiado por Martin y Teclón comenzaron a imaginar monstruos de todas las clases , tamaños y colores. Rosas, verdes, azules y amarillos. Con garras , sin garras, con largos dientes y con extensas pezuñas. De esta manera el mundo animado de los buenos comenzó a plagarse de miles de monstruos dispuestos a crear nuevas historias y nuevos cuentos más divertidos con los que entretener a los niños.
En seguida los príncipes y héroes se dieron cuenta de que a través de la pantalla de la sala de producción comenzaban a aparecer monstruos fuertes dispuestos a enfrentarse con ellos.
-          No puede ser- gritaba la princesa del castillo encantado.
-          Pero será posible. ¿ de dónde ha salido tanto monstruo?- decía el héroe de la armadura de hierro.

Y en medio de todo el revuelo que se armó , Martín, el lápiz y Teclón salieron lentamente de la sala de producción.
.- Espera un momento Teclón. Todavía estás a tiempo para que te modifique alguna cualidad para hacerte un poquito más fuerte- dijo el lápiz.
-No gracias- respondió Teclón. Con mis cualidades tengo suficiente. Con ellas hemos sido capaces de vencer a dos héroes y liberar a un lápiz ilustrador ¿ verdad Martín?- dijo Teclón a carcajada limpia.
Y dicho esto partieron sin más tardar hacia la salida de la sala de producción. Una vez fuera pudieron comprobar que todos los dibujos se hallaban en plena batalla luchando para ser los triunfadores de la película.
Martin y Teclón observaban entusiasmados cada una de las escenas que se estaba desarrollando en el mundo animado de los buenos.
-          Me parece que esta vez, la mejor película animada que resulte de esta batalla, será una en la que ganemos nosotros los monstruos. Creo que nos lo merecemos- ¿ verdad Martín? – dijo Teclón muy orgulloso.
-          Ahora tenemos que pensar muy detenidamente que haremos con nuestro lápiz ilustrador. Tenemos que intentar que quien lo utilice sea capaz de establecer un equilibrio entre los dos mundos, el de los buenos y el de los malos, para que no vuelva a ocurrir nunca más semejante desbarajuste- dijo Martin.
-          Creo que después de esta experiencia el más indicado para realizar esta labor debes ser tu Teclon- dijo muy convencido Martin. ¿Estás de acuerdo lápiz ilustrador?
-          Por supuesto. Yo necesito estar bajo las órdenes de alguien justo y equilibrado que sea capaz de realizar buenas ilustraciones y buenas historias con las que entretener a los niños y no provocar que ni los monstruos ni los héroes estén próximos a su desaparición por la irresponsabilidad en mi utilización- dijo el lápiz. Yo también creo que puedes ser tú , mi querido amigo Teclón.
Y dicho esto los tres amigos se dirigieron hacia el mundo de los monstruos que se vio de nuevo poblado por nuevos y más fuertes monstruos que les harían la vida imposible a algún que otro héroe.
-          Me encanta el mundo de los monstruos- dijo Martín. Es estupendo verlo poblado de tan bonitos monstruos y con tantos colores. Me gustaría quedarme con vosotros pero la verdad es que me gustaría más regresar a casa y poder disfrutaros viéndoos a través de la pantalla de cine o de la televisión ahora que ya tenemos el entretenimiento garantizado- dijo Martín. Pero la verdad es que no sé cómo puedo regresar a casa.
-          Bueno quizás yo pueda ayudarte- dijo Teclón. ¿ Recuerdas mi viento huracanado?
-          Pues súbete encima mío y volemos a través de la pantalla de cine- dijo Teclón.

Y dicho esto volaron por los aires y Martín comenzó de nuevo a sentir un ligero mareo y a ver luces de colores por todo su alrededor.
Cuando despertó se hallaba de nuevo en la sala de cine recostado sobre su sillón.
-          ¿Te ha gustado la película?- dijo Susana a Martin.
-          ¿Qué? ¿Pero dónde estoy?- dijo Martin.
-          No me digas que te has dormido viéndola- dijo Esteban. Pues esta no era del todo mala.
-          ¿Quien ha salido triunfador? – preguntó esperanzado Martín.
-          Pues quien va ser. El héroe mata al villano, como siempre- dijo Susana
-          Bueno quizás a partir de ahora las cosas empiecen a cambiar en las salas de producción.- dijo sonriendo para sí mismo Martin dudando en que si la experiencia que había tenido había sido realidad o ficción.
Cuando aquella noche Martín regresó a casa todavía estaba muy sorprendido por la experiencia  que había tenido en el cine y viendo lo bien que se le había dado crear personajes para la ficción con la ayuda del lápiz ilustrador y de su amigo Teclón, decidió que se dedicaría al mundo de la producción. Creía que podía aportar algo nuevo al mundo del cine , no sólo crear finales diferentes y innovadores sino que pensaba que podría realizar algún invento que permitiese  disfrutar tanto de la película que pareciese como si formases parte de ella tal y como le había ocurrido a él cuando fue absorbido por el mundo animado de los monstruos. Y meditando en ello Martín se quedó dormido. De repente TeClón apareció en sus sueños, agradeciéndole enormemente la ayuda recibida y con un ligero susurro le dijo:
-Recuerda Martín , el poder de la mente y de la rima, combina las dos opciones, y verás de nuevo los colores que dan acción a tu vida…
Y de repente Martín se levantó sobresaltado de su cama y con un gran respingo dijo:
-          -¡Ya lo tengo.! Gracias Teclón. Un nuevo invento revolucionará el mundo del cine. Lo llamaré las Gafas 3d, con ellas y la combinación de colores acercaremos la pantalla a todos los espectadores.
Y de esta manera fue como Martin ayudó a salvar el mundo animado de Teclón y cómo gracias a los monstruos se creó un nuevo tipo de animación.
Y colorín, colorado ..este cuento se ha acabado.
Los wikicuentos multiculturales.
Mónica Zambrano.

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